Las ventas y los beneficios de los supermercados han sido uno de los pocos puntos brillantes durante la pandemia de Covid-19, pero las marcas y los minoristas deben tener cuidado con la mentalidad de "seguir como siempre". De hecho, algunos de los cambios en el panorama minorista pueden ser permanentes. Los comportamientos de los consumidores y los hábitos de compra han cambiado, y los minoristas deben adaptarse en consecuencia para mantenerse a la vanguardia de esta "nueva normalidad".
Los compradores esperan que todo lo que figura en sus listas esté en las estanterías de las tiendas. Una buena gestión del inventario ya no puede garantizar que eso ocurra, ya que el comportamiento de compra de los consumidores sigue evolucionando debido a la crisis de Covid-19. Un estudio de McKinsey & Company demostró que el 75% de los compradores de Estados Unidos han cambiado sus hábitos de compra y han cambiado de marca por razones de valor y comodidad. Además, puede que estos cambios no sean temporales: Cuatro quintas partes tienen intención de mantener sus nuevas preferencias de compra.
Aunque las economías se están abriendo y la gente vuelve al trabajo, es probable que el distanciamiento social en todos los espacios públicos imaginables sea la norma en el futuro inmediato. En mi puesto en Trax -empresa que ofrece soluciones flexibles de mano de obra y digitaliza el mundo físico del comercio minorista con herramientas que ayudan a los minoristas a seguir, controlar y calibrar el rendimiento de la mercancía- he visto de primera mano cómo los datos actualizados de las estanterías serán esenciales a medida que el comportamiento de los consumidores siga cambiando, proporcionando una comprensión más completa de lo que ocurre en cada tienda y permitiendo la asignación de suministros para satisfacer la mayor demanda posible de los compradores.
Replantearse el modelo laboral
Los minoristas deben remodelar sus plantillas para adaptarse a la nueva situación y a las posibles perturbaciones futuras. Al mismo tiempo, las empresas de productos de consumo deben reevaluar las prioridades estratégicas de sus tiendas en cuanto a marketing de marca, surtido y espacio, ya que el comportamiento de compra sigue cambiando.
Entonces, ¿qué tipo de modelo de mano de obra puede satisfacer mejor las necesidades empresariales de un minorista y abordar los problemas críticos de la tienda? La comercialización en tienda, la gestión de inventarios, la recopilación de datos y otras tareas de activación pueden transferirse a una fuerza de trabajo móvil bajo demanda, o incluso a trabajadores de la economía gig.
Con este modelo, las tácticas de marca pueden aplicarse rápidamente y a escala. Replantearse la plantilla ofrece una serie de ventajas, como la posibilidad de atender un aumento de la capacidad con picos de carga, como la introducción de productos o los cambios de planograma. Estos recursos pueden desplegarse donde y cuando se necesiten, aunque sea en miles de tiendas durante menos de una hora en un día concreto.
Este modelo también puede combinarse con la automatización de algunas o todas las actividades de valor relativamente bajo, pero de alto coste, como las auditorías de lineales, el cumplimiento del planograma y el mantenimiento y la gestión de las etiquetas de los lineales.
La mano de obra a la carta podría ser una solución viable
A medida que las marcas trabajan para mejorar el acceso de a la tecnología basada en IA para obtener mejores conocimientos, la pregunta clave pasa a ser: ¿Cómo entro en la tienda? Una fuerza de trabajo basada en la multitud y a la carta podría ser la respuesta, permitiendo a las marcas cuantificar la tienda. De todas las posibles tareas que podrían realizarse durante esa visita, ¿cuál tendrá el mayor impacto?
Estas preguntas pueden responderse en tiempo real: El representante llega y toma fotografías de las partes relevantes de la tienda para ayudar a cuantificar la situación actual (suponiendo que no haya cámaras fijas instaladas), y los análisis generan una lista de tareas. Estas visitas pueden servir para empaquetar la estantería o para reajustarla, en función de lo que se necesite.
La información y los datos -combinados con los datos tradicionales de los puntos de venta- promueven debates más productivos y sinceros entre fabricantes y minoristas. Tal vez se esté planteando retirar un artículo de la lista porque su contribución global a las ventas no es la deseada. La combinación de los datos de ventas y de las tiendas podría demostrar que el artículo se ha agotado con frecuencia. En ese caso, podría darle más espacio en el lineal, reajustar el mínimo del lineal o investigar problemas en la cadena de suministro.
Conclusión: Los minoristas de supermercados deben adoptar la automatización y replantearse su plantilla de minoristas.
La integración de la tecnología de análisis y visión por ordenador con el tipo adecuado de mano de obra flexible puede ayudar a mantener los productos en las estanterías -lo que se traduce en compradores más satisfechos y mayores ingresos para los minoristas y las marcas- y proporcionar la agilidad necesaria para salir de la pandemia de Covid-19 como líder del crecimiento.
Este artículo apareció por primera vez en Forbes.